Busco no perder. Mis brazos, como ramas, buscan no olvidarte. El viento que me arranca tu nombre de la memoria. La simiente del encuentro es piedra de una piedra más antigua, ancestral como tu arrastre. Joven como los sueños que se esfumaron aquel atardecer, esas horas mecánicas que me arrancaron la carne. Ese reloj que aun suena, me condena a dejar pasar los días.
Busco no perder. Mis brazos, como ramas, buscan no olvidarte. El viento que me arranca tu nombre de la memoria. La simiente del encuentro es piedra de una piedra más antigua, ancestral como tu arrastre. Joven como los sueños que se esfumaron aquel atardecer, esas horas mecánicas que me arrancaron la carne. Ese reloj que aun suena, me condena a dejar pasar los días.
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