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Un día impensado – Ana Caliyuri & Cristian Cano

Se levantó como todos los días a la hora habitual. El reloj puntualmente marcó los siete pitidos de la hora siete. Alzó la persiana y, como cada día de los últimos doce años, miró hacia la casa de enfrente. Marilyn también se alzaba a la misma hora. Contó los minutos precisos como para cruzarse en la vereda con ella. Al minuto cuarenta y dos Marilyn abriría la puerta del edificio y él como cada mañana podría saludarla y quedarse con esa imagen el resto del día. Si fallaba sería un día perdido. Llamó al ascensor y bajó mirándose en el espejo: pelo batido y cara lavada eran un buen comienzo. Él la vio y le sonrió (¿un segundo más que ayer?) y alcanzaba para revalidar el día. Cuestionó el momento pendular y si iba a poder soportarlo. El momento exacto en el que, compartiendo, se comprueba la soledad.

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A cuatro manos - Ana Caliyuri y Cristian Cano

No vine a escribir grandes textos, ni grandiosas historias, ni siquiera pequeños relatos. Solo vine a despertar la noche para que revele las luces que iluminan las palabras. Después de todo, alcanza con la confianza en las alas y un poco de brisa madura. Alcanza con dejarse a la deriva y esperar a las musas, a los barcos de la mañana, a los trenes que llegan y se van, con todo lo nuestro se van. Vine a develar, vine a decir. A encontrar, a querer hacer. Alcanza con la confianza.

Párrafo de La biología negra

Mensaje de texto: Como te decía, esto pasó una tarde de 1975, cerca de la Cordillera de los Andes. En Las lomas, el pueblo en donde estás ahora. Y tu madre era chica. Vos no habías nacido. Esa semana los ingenieros de la mina estuvieron empecinados en detonar la veta madre. No había forma de pararlos. Hoy sospecho que sabían todo. Fue un desastre, después de la tercera carga gran parte del suelo cedió y la mina se fue al diablo. Hubo inundación y derrumbamiento.  A las dos horas me llegó el comentario. Todavía lo recuerdo: La explosión desenterró algo. Así que aquella noche corrí por la ladera del Copahue lo más rápido que pude. Sabía que llevármelo sería peligroso. Pero no me importó. Lo único que quería era llegar a casa. Y el pinar en la noche fue todo lo que necesité. La biología negra   Editorial Llorar solo 2023

Mensaje en la botella

Llegado el momento vas a sentir nuestra fuerza. Te hemos vencido en otras galaxias, la Tierra está destinada a ser otro planeta más de los miles recuperados. Ustedes ya no tienen cabida bajo este Sol. Ahora todo el mundo los puede ver.