Ir al contenido principal

La tercera guerra – Sergio Gaut vel Hartman & Cristian Cano


Estaba tan entumecido por el frío del pozo que estuvo a punto de perder el sentido en varias ocasiones. Lo único que lo mantenía al margen del derrumbe total era el recuerdo de su amado Pierre, el labrador estonio con el que había compartido la vida desde mucho antes de la guerra. Sin embargo, un nuevo infortunio no tardaría en sumarse a los ya existentes: la bota sucia de un soldado frenó frente a su rostro. Moría, literalmente, si se dejaba al arrebato sentimental. El cuero cuarteado y los grumos de barro yacían inmensos. Cinco centímetros entre continentes diferentes y, coronando lo juguetón de su remembranza y el inminente desmoronamiento, la pequeña bandera de cinco milímetros de largo, por tres de ancho. Pierre abandonó sus células. Reparó en el agua del foso y en sus piernas congeladas. Pero disfrutó de un largo camino hasta los ojos de su clon.

Comentarios

Entradas populares de este blog

A cuatro manos - Ana Caliyuri y Cristian Cano

No vine a escribir grandes textos, ni grandiosas historias, ni siquiera pequeños relatos. Solo vine a despertar la noche para que revele las luces que iluminan las palabras. Después de todo, alcanza con la confianza en las alas y un poco de brisa madura. Alcanza con dejarse a la deriva y esperar a las musas, a los barcos de la mañana, a los trenes que llegan y se van, con todo lo nuestro se van. Vine a develar, vine a decir. A encontrar, a querer hacer. Alcanza con la confianza.

Párrafo de La biología negra

Mensaje de texto: Como te decía, esto pasó una tarde de 1975, cerca de la Cordillera de los Andes. En Las lomas, el pueblo en donde estás ahora. Y tu madre era chica. Vos no habías nacido. Esa semana los ingenieros de la mina estuvieron empecinados en detonar la veta madre. No había forma de pararlos. Hoy sospecho que sabían todo. Fue un desastre, después de la tercera carga gran parte del suelo cedió y la mina se fue al diablo. Hubo inundación y derrumbamiento.  A las dos horas me llegó el comentario. Todavía lo recuerdo: La explosión desenterró algo. Así que aquella noche corrí por la ladera del Copahue lo más rápido que pude. Sabía que llevármelo sería peligroso. Pero no me importó. Lo único que quería era llegar a casa. Y el pinar en la noche fue todo lo que necesité. La biología negra   Editorial Llorar solo 2023

Mensaje en la botella

Llegado el momento vas a sentir nuestra fuerza. Te hemos vencido en otras galaxias, la Tierra está destinada a ser otro planeta más de los miles recuperados. Ustedes ya no tienen cabida bajo este Sol. Ahora todo el mundo los puede ver.