Es fundamental comprender
el territorio al que nos conducen; es determinante visualizar e identificar
cada uno de los diferentes códigos socioculturales y morales con los que se
desenvuelve la habitual corriente del poder.
Si hablamos de
equidad y de la importancia del otro, nos tenemos que obligar a salir de lo
conocido y dar estos primeros pasos.
Un primer paso,
es un primer paso. No se lo puede obviar si se pretende caminar. Menos que
menos, correr.
Aceptamos como
norma a personas que proponen el vértigo como forma de vida. Profesar la No importancia
de los inicios es una práctica mal intencionada. Pero sabemos que dichos
inicios, los comienzos desde cero, proponen siempre la búsqueda y el
conocimiento.
Si no se desea lo
nuevo, no se lo experimenta. Y solo se lo supone de manera intelectual. Y no es
apropiado valorar lo que no se experimenta: opinar sobre lo que las sociedades
requieren es siempre hipótesis, y distamos de querer ser sociedades
equitativas.
Por cierto,
algunos códigos inalcanzables como el horizonte.
La esperanza se
utiliza con un fin siniestro. La clase política tergiversa el concepto de
esperanza desde su concepción más fundamental.
Si desglosamos la
idea y nos colocamos a nosotros mismos en otras perspectivas diferentes es
interesante notar lo necesario que resultaría rever la significancia para
dilucidar los problemas.
... la palabra esperanza viene de esperar, del latín Sperare (tener
esperanza). Sperare, a su vez, decanta de Spes, esperanza.
...cuando uno espera a una persona es porque tiene esperanza de que va a
venir. Esperanza deriva del sufijo de cualidad Anza, también precedente del
latín Antia...
Tenemos que
revalorar el concepto de esperanza en las personas que el poder coloca allí como
políticos para dirigirnos por tal o cual camino. Decir que se pierde la esperanza en ellos significa que se decide no
esperar más a esas personas.
Se tiene miedo a declarar que se perdió la
esperanza, porque la gente de alguna manera está convencida de que si opta por
esta novedad perderá todavía más. Y en realidad, en el lugar de esta supuesta
pérdida, yace la verdadera libertad de elección.
No dejaríamos a
la deriva ninguna parte de lo que nos constituye como seres humanos. Todo lo contrario.
La desesperación es
otro punto a tener en cuenta; es la contraparte de la esperanza. Lo opuesto. ¡Y en qué agraciada posición, desde qué
punto de vista están los políticos de los gobiernos para saberse con la espada
en las manos!
No son ellos los
que siempre están entre la espada y la pared.
La desesperación
es una realidad visitada ¡Cómo voy a
perder la esperanza, si afuera de ella me espera la desesperación!
¿Cómo replanteo
mi relación con la idea de esperanza?
Hoy en día es
evidente (por no decir otra palabra) el maltrato que sufre la palabra
esperanza; creo que el concepto que tenemos de ella es vapuleado por la clase
política en los poderes y por la fuerza que los emplea.
Sito ejemplos,
algunos.
El país que todos queremos. El país que nos merecemos. El país que
queremos para nuestros hijos, y un largo etcétera.
Sin duda, ellos convocan
a los pueblos desde lo sentimental, porque los sentimientos no dejan lugar para
el pensamiento crítico. Es por esto, también, que vemos a los políticos evitar
todo cruce público con lo que el individuo representa. El individuo merece una
forma diferente: lo distinto a lo meramente multitudinario.
Lo individual no
es conveniente para los sistemas actuales porque supone la profundidad, y por
lo tanto, la resolución de los problemas.
Cabe decir que el
llamado Pensamiento de manada, como
tal, muchas veces (por no decir la mayoría) termina con la frase La unión hace la fuerza. Esto es verdadero
y trágico; la fuerza nunca sería la solución adecuada. Pero no voy a
profundizar al respecto porque no solo es inadecuada, hay que saber que el otro
nos interesa. Nos importa. Nos tiene que importar. De lo contrario sí perdemos
gran parte de lo que nos constituye como seres humanos.
La esperanza no es una sola y tampoco es el final que plantean los que
corren.
Recordemos que la
libertad de elección nace con el individualismo, surge con este y yace cada uno
de nosotros. El individuo esa una palabra que hace ruido en este vertiginoso
tiempo.
Texto para la revista Terror.com.ar
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