Demasiado pensar me podría defraudar el sentir. Y se me hace imposible intentar lo contrario, porque encuentro lo poético que está ahí, en la repetición, en insistir. Insistir. Y más tarde volver a lo mismo y de nuevo otra vez más. Repensar. Y sería como abrirse el cráneo en las rocas. Creo que existe la manera que deja la mente en blanco, de alejarse de lo que nos rodea y elevarme en la nada. Y sería flotar lejos de los fantasmas que me acosan. Que vigilan. Sí, me vigilan. Me miran desde esos rincones oscuros que son un poco todos los rincones. Mente en blanco. Blanco. Todo blanco. Todo es profundamente nada.
Escribir es alejarse, es huir, tomar un avión hacia cualquier lado. Vos sabés de eso, te leo y quedo en otro espacio. Tiene que ver con la tierra, con el aroma y el valor de tus huesos, ceniza de lápiz, una mina con la que te sale tremenda historia. Sabemos cómo es, papel en mano abordamos enojados y empujamos la valija que revienta de libros, estalla de libros. Ansia por dibujar destino, por volver a manchar cuadernos en la primaria. Te gusta pintar y salir de la raya. Así escribís, nos arrastrás bien lejos hacia donde la soledad no da alcance. *L. Velázquez *C. Cano
es la libertad?
ResponderEliminarHola, Valeria. Bien podría ser una manera de ver las cosas.
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