Ir al contenido principal

Il morto che parla - David Brissón y Cristian Cano




La lápida es dura; da gusto sentarse a fumar un pucho después de un largo sueño. Entonces tiraba el humo por la nariz; ahora el ramillete de humaredas se me escapa desde las cuencas oculares. Pero nunca perdí la costumbre, si la hubiera perdido no estaría acá sentado. El Sol está por salir, así que después de fumar voy a regresar al cajón. Ser visto sería inconveniente. 

Hueso de cañón
¡Mirá que me hago reír!
Hueso de cañón
¡Con ser carne me ha bastado!
Y agradezco cuando el Sol me sorprende; me siento como esos locos por haber vivido como viví. 

Ruidoso amor
casi una explosión que despierta
que insiste 
que asusta
De lo hermoso te asusta.
La vida es un cadáver exquisito: la costumbre de nacer y morirse de pura nada, de puro vicio. La sustancial habitualidad que existe en vivir. 

La ceniza que arde
un destello detenido.
El despertar al morirse.
La lápida: el descanso eterno. Mi cadera desnuda que rasca, que se estrella en la piedra. Chupo el cigarrillo que enciende, rojamente enciende, hasta que se termina. El humo se escapa de la mandíbula cerrada. Tiro el filtro al viento, y allá va, con el ramillete. Traspaso la tierra de la fosa hasta el féretro. Y me acuesto. 



***


Il morto che parla
Lado B
(Otra versión del texto)


La lápida es dura. Da gusto sentarse, pucho en mano, después de un día de puro soñar.
Si me gustaba tirar humo por la nariz, ahora soy un ramillete de humaredas, escapando por los ojos. Costumbres nuncas perdidas. De haberlas perdido, quizás no estaría aún aquí.

Puedo sentir claramente, en el aire, que poco va a tardar el sol en salir.
Sería impropio ser visto, sumamente invonveniente... Hueso de cañón...
¡Mirá que me hago reir!...
Hueso de cañón... Con ser carne me ha bastado.

Poco me quedo a ver el Sol. Agradezco haber vivido; loco como es vivir.
Ruidoso amor la vida. Explosión que despierta, que insiste, que asusta. De lo hermoso asusta.

Bocado exquisito, vivir... Exquisito cadáver la vida, la espera de nada. Como las costumbres...
Vivir y morirse, de pura costumbre, de pura nada, de puro vicio, de puchos y nada.
Un destello dormido. Un morir despierto.

Escapada por puchos. La lápida dura contra el hueso desnudo. La piedra. El descanso.
Chupo el cigarrillo que se enciende rojo y al rato se termina. El humo se escapa de la mandíbula cerrada.

El filtro al viento, junto al ramillete. La humareda.

Traspaso la tierra, me hundo en el féretro

Me acuesto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

A cuatro manos - Ana Caliyuri y Cristian Cano

No vine a escribir grandes textos, ni grandiosas historias, ni siquiera pequeños relatos. Solo vine a despertar la noche para que revele las luces que iluminan las palabras. Después de todo, alcanza con la confianza en las alas y un poco de brisa madura. Alcanza con dejarse a la deriva y esperar a las musas, a los barcos de la mañana, a los trenes que llegan y se van, con todo lo nuestro se van. Vine a develar, vine a decir. A encontrar, a querer hacer. Alcanza con la confianza.

Párrafo de La biología negra

Mensaje de texto: Como te decía, esto pasó una tarde de 1975, cerca de la Cordillera de los Andes. En Las lomas, el pueblo en donde estás ahora. Y tu madre era chica. Vos no habías nacido. Esa semana los ingenieros de la mina estuvieron empecinados en detonar la veta madre. No había forma de pararlos. Hoy sospecho que sabían todo. Fue un desastre, después de la tercera carga gran parte del suelo cedió y la mina se fue al diablo. Hubo inundación y derrumbamiento.  A las dos horas me llegó el comentario. Todavía lo recuerdo: La explosión desenterró algo. Así que aquella noche corrí por la ladera del Copahue lo más rápido que pude. Sabía que llevármelo sería peligroso. Pero no me importó. Lo único que quería era llegar a casa. Y el pinar en la noche fue todo lo que necesité. La biología negra   Editorial Llorar solo 2023

Mensaje en la botella

Llegado el momento vas a sentir nuestra fuerza. Te hemos vencido en otras galaxias, la Tierra está destinada a ser otro planeta más de los miles recuperados. Ustedes ya no tienen cabida bajo este Sol. Ahora todo el mundo los puede ver.